Carta a Tu Corazón
Un dia que no tenía sentido mi vida, ni mis sonrisas decían que tenian un motivo para medio sonreir
ni mi voz se alzaba como tantas noches, por las que se grita sin importar que la cuerdas vocales se maltraten de tanto grito a lo sonso nomas, donde la miradas son frías con un hielo en el polo norte
donde hasta los cisnes son ridículos con su historia de no poder vivir uno con otro y sus romeos y julietas muriendo de amor...
Todo pasó como una estrella fugaz, cuando mi mirada se cruzó con la tuya y deje caer mis brazos como cuando los boxeadores que les hacen un knockout en un segundo, fue como mirar la tormenta pasar a través de tu ventana con una taza de café oscuro y de hoya, como escuchar gotas de agua golpear tu paraguas, como ver una pareja de regios pelearse por querer pagar el cheque de su salida, como ver a los mulos del bronx en juego sin que conecten homerun, oh como los mets ir a la postemporada en años consecutivos...
Pero cuando mi corazón platico con el tuyo y dejaste que viera tu alma a través de tus bellos ojos cafés y de tu sonrisa perfecta sabía que ya no tenia ninguna defensa contra tu corazon ya habias atacado el mio con miles de sonrisas perfectas, y tu cabello largo que acariciaba mi cara y en cada sorbo de café que te observaba más te metias en mi alma, y te metiste con unos de esos amores que penetran tu alma asi asi asi como cuando te cubres con tus hombros de una lluvia esperando no mojarse, una vez mi abuelo me dijo que el amor de los libros vaqueros no era ficción y sabes que si lo era si lo era porque aunque no puedo ofrecerte los ranchos y todo lo que ellos ofrecían en oro, pero una cosa si te ofrezco muy sincera mi sonrisa que es gracias a ti...
Sin importar el pasado y lo que nos traiga el futuro solo quiero que sepas que no soy una monedita de oro claro está pero si algun dia te falto, sera que mi amor por ti es tan fuerte que no soporte y hasta el infinito me lo llevo, ya que siempre caminarás de mi lado y de la mano como cuando te escapabas en leggins y caminábamos por times square en ese frío de febrero y tu en tenis y las zapatillas en casa, sin perder la sonrisa ni un segundo...
ni mi voz se alzaba como tantas noches, por las que se grita sin importar que la cuerdas vocales se maltraten de tanto grito a lo sonso nomas, donde la miradas son frías con un hielo en el polo norte
donde hasta los cisnes son ridículos con su historia de no poder vivir uno con otro y sus romeos y julietas muriendo de amor...
Todo pasó como una estrella fugaz, cuando mi mirada se cruzó con la tuya y deje caer mis brazos como cuando los boxeadores que les hacen un knockout en un segundo, fue como mirar la tormenta pasar a través de tu ventana con una taza de café oscuro y de hoya, como escuchar gotas de agua golpear tu paraguas, como ver una pareja de regios pelearse por querer pagar el cheque de su salida, como ver a los mulos del bronx en juego sin que conecten homerun, oh como los mets ir a la postemporada en años consecutivos...
Pero cuando mi corazón platico con el tuyo y dejaste que viera tu alma a través de tus bellos ojos cafés y de tu sonrisa perfecta sabía que ya no tenia ninguna defensa contra tu corazon ya habias atacado el mio con miles de sonrisas perfectas, y tu cabello largo que acariciaba mi cara y en cada sorbo de café que te observaba más te metias en mi alma, y te metiste con unos de esos amores que penetran tu alma asi asi asi como cuando te cubres con tus hombros de una lluvia esperando no mojarse, una vez mi abuelo me dijo que el amor de los libros vaqueros no era ficción y sabes que si lo era si lo era porque aunque no puedo ofrecerte los ranchos y todo lo que ellos ofrecían en oro, pero una cosa si te ofrezco muy sincera mi sonrisa que es gracias a ti...
Sin importar el pasado y lo que nos traiga el futuro solo quiero que sepas que no soy una monedita de oro claro está pero si algun dia te falto, sera que mi amor por ti es tan fuerte que no soporte y hasta el infinito me lo llevo, ya que siempre caminarás de mi lado y de la mano como cuando te escapabas en leggins y caminábamos por times square en ese frío de febrero y tu en tenis y las zapatillas en casa, sin perder la sonrisa ni un segundo...
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